El clavel rojo que cuelga en la reja, se mece al compás de la suave brisa de primavera en el Barrio de Triana, en el balcón se puede ver una parejita pelando la pava bajo el sol de la tarde, mientras se escucha a lo lejos, desde algún patio moruno, una coplilla:
“…tengo de gitana las hechuras
pero la buena ventura no te la puedo decir,
juro que no soy gitana pura,
que mi ciencia no es segura,
y no te quiero mentir
Si me quieres, dímelo
porqué yo también te quiero
con el bera, bera,bee,
con el bera, bera, bera,
con el bera, bera,bee …”
Bajo el puente de Triana, el berebito, camina, como pidiendo guerra, viene desde tierras lejanas a buscar mujera, que seguro la cien será, y todos se preguntan, quién es, ese que viste chilaba verde y canela.
Según las lenguas que han de guardarse de oídos, se dice que tiene magnetismo en la mirá y por eso todas las doncellas en edad de mercarse se han guardar y esconder, pero Lola, “La Zarzamora”, calé postinera, de ojazos como dos moras, quiere retar las artes hipnóticas del berebito; si ni calorros ni payos , la han embrujao, mucho menos un moro, y así misma, se dice, riendo, para sus adentros :- “Habrá que ver si ese morito tiene los ojos gachones y el embrujo del casorio.”
Con ligeros pinreles se dirige al encuentro del morito real, y en el mercado lo divisa. “La Zarzamora”, disimula entre los puestos de frutas y claves y observa el andar del berebito, ¡Qué manera de camelar a todas, al pasar!, por un momento unas jarras con té lo distraen, mientras a sus espaldas escucha una voz salerosa decir:
- Es ese berebito muy calé.
El tunante se gira y de pronto, ve las dos moras que le miran fijamente: - ¡Ozú!, ¡Que prenda, que acabo de encontrar!
Y la calé le responde, mientras despliega su abanico con gran gracia postinera: - ¿Así que ya encontró lo que vino a buscar?
El berebito sólo se sonríe y antes de que rile la moza, con su mirada la hipnotiza y le sorniba el entendimiento, le pone anillas en los tobillos y pa’ su tierra, felizmente, se la lleva.
El mercado se va quedando solo, el atardecer va cayendo sobre el barrio de Triana, ninguna coplilla se escucha desde algún patio moruno, el balcón ahora sólo guarda recuerdos y el Levante mece dulcemente la reja arrullando el clavel.
Mouette
30 de noviembre 2013
Nota: la coplilla es “La Gitana Paya”, cantada por Carmen Florido.