Cierro los ojos y escucho el aire que silba a través de las ventanas su sonido es ensordecedor…¡cómo quisiera que mi alma ensordeciera ante su grito!, ese de desesperación, ese que no acalla, ese que me grita lo que ya no es, lo que fue, lo que quisiera que fuera.
Cierro los ojos para no ver los pensamientos, pero es imposible, los pensamientos están; los escucho, los veo…¡cómo quisiera que no me persiguieran! y que mi alma pudiera estar ya en paz....
Otra forma de ver la cara de la FNS
si ya sé, fué en abril…y qué problema???
Es en ese lugar donde nada es lo que aparenta, en su entorno y a sus costillas se recrean esas leyendas urbanas, donde alguien perdió, alguien ganó y muchos más sólo fueron espectadores, ahí donde las cosas se tergiversan y donde los gallos son lo de menos frente a un espectáculo mal montado, donde los toros son el pretexto para realizar actos repugnantes que en otro sitio nadie se atrevería, donde la jugada es el mayor atractivo y beber en la vía pública el máximo de otros más que también mayoritean.
Donde la cultura se entremezcla y brinda un mosaico basto y por lo menos algunos, los menos, disfrutan aquello nuevo, exótico, irreverente que sólo por está ocasión lo encontraremos tan cerca.
Si alguien está decepcionado de la feria, sería porque alguien más le platicó, con la típica exageración del mexicano, que se trataba de un evento realmente sobrenatural, será que acaso nuestra vida es tan monótona, tan vacía y tan ruin que es menester crear leyendas urbanas?
Pero algo si es cierto esta feria es nuestra, aunque esté desnaturalizada, corrupta, sigue siendo de esta tierra y nos brinda por lo menos la expectativa de que lo que vendrá será bueno.
Por eso…¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ VIIIIIIIIIVA AGUASCALIENTES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ÍCONOS DE PLACER
Ana Cerón
Trascripción
¿Puede recordar una mirada que le haya quitado el sueño aliento alguna vez? Le invito a evocarla. No sé si fue la forma de sus ojos, el color acaso. Ese brillo que le robó un suspiro y le cautivo. Y ahora, al recordarle, sabe que usted podía haberse perdido en ella para siempre. Que quizá, en su mente ha acariciado el deseo de volver a encontrarla, siquiera una vez más.
Una mirada, eso es todo lo que toma. Pero. ¿Qué sabe usted del impacto de su mirada en los otros? ¿Hace cuanto tiempo que no deja que sus ojos provoquen una impaciencia ganosa a quien se vea reflejado en esos dos torrentes de lujuria? ¿Qué pasaría si en lugar de palabras y acciones, usted solo contara con su mirada para lograr lo que desea? Su mirada puede ser más fiel cómplice en esa conquista diaria al ser amado; los sueños de una conquista fugaz, llena de sensaciones insospechadas con alguien de rostro desconocido, parece ser la efigie de toda fantasía. Pero lograr estimular y enloquecer a quien creemos conocer del todo puede ser su más grande reto. ¿Desea intentarlo?
Sin importar el lugar o la hora, donde se encuentre, siéntese a cierta distancia de esa persona que desea inquietar con su imperturbable quietud y serenidad.
Comience por pasear la mirada muy lentamente de los pies a la cabeza. Contemple los cabellos, las sombras que producen en el rostro de esa persona especial. Note todos los detalles que hace tiempo no se ocupaba en observar y que alguna vez le fascinaron. Los pómulos, el mentón, la boca y sus expresiones.
Recorra el cuello, los hombros, el pecho, la espalda, los brazos, los muslos, las piernas. Imagine. Aventúrese a desvestirle con la mirada.
Permita que su mente le trasporte a lo que usted llama El Paraíso. Plenitud, felicidad, vívalo, gócelo, siéntalo. Permita que sus ojos se desborden. Reviva la locura que le hizo vibrar esa primera vez, cuando sin decir nada, le poseyó y regresó por más.
Resístase ante la necesidad de amarle, besarle, morderle, tocarle. Sólo mire en silencio, sin perder el aplomo; no permita que la excitación lo delate. Domine. Domínese, espere, permita que su mirada denote sus tentaciones y deléitese con la incertidumbre y nerviosismo de la pegunta que tanto me ves
Acérquese. Sonríale. Reconózcase en su mirada y dígale con un tierno susurro: Mi amor sólo te estaba haciendo el amor.
Hoy no hay estrellas para contar,
no hay luna para contemplar…
hoy guardaré sueños y suspiros
en mi saquito de manta,
por si acaso…
Me gustaría poder contarte que la vida es hermosa de verdad, me gustaría poder contarte que la verdadera felicidad se encuentra en las pequeñas alegrías cotidianas; en el atardecer que inunda las pupilas, en la sonrisa que algún desconocido (o desconocida) te regala, en la brisa que se cuela entre los dedos, en la lluvia que empapa todo tu cuerpo, en los rayos del sol abrazando tu cara, en la luna confidente que dice tantas cosas, en un campo inmenso donde puedes extender tus brazos y sentir la libertad galopar en las venas, en la creación de un diseño, en el andar cotidiano, en una palabra amable, en un abrazo sincero...me gustaría contarte tantas cosas… y que escucharas con el corazón.
